El 2 de julio de 1947, un ranchero descubrió escombros de otro mundo esparcidos por el desierto cerca de Roswell, Nuevo México. Cuando el oficial de inteligencia del ejército de los EE. UU. Investigó la evidencia, concluyó: "No era nada de esta tierra". El sofisticado software de detección de mentiras pone a prueba su audaz afirmación.