Paula es secuestrada por Sánchez y, aterrada, descubre que su destino final está en manos de Petrov. Ajenos a ello, su familia llora la pérdida de Enrique en la más estricta intimidad. Sin embargo, un cambio de planes de última hora, coloca a Sánchez en una incómoda posición que le obliga a dar pasos imprevistos y cometer errores.