Juana de arco oye la voz de Dios decirle que debe levantarse para salvar a Francia de la guerra que la asola desde hace tantos años. Arion y el equipo la acompañan cuando viaja a pedir refuerzos al Príncipe Carlos para los asediados defensores de Orleans. A Juana se le concede audiencia con el príncipe, pero se le trata con sospecha, lo que no le da mucha confianza.