D’Argo sufre un accidente y comienza a tener alucinaciones donde recuerda cosas de su pasado: su relación amorosa con una Pacificadora, los crímenes que se le imputan (su asesinato), su hijo desaparecido… Moya actúa de forma muy extraña, volviéndose incluso contra la tripulación. Al final descubren que un proyecto secreto Pacificador que estaba bloqueado ha sido desbloqueado por accidente, y Moya, que es una nave viva, ha quedado embarazada.